Es posible que hayas escuchado que una dieta vegetariana es más sostenible desde el punto de vista medioambiental. Bajo la suposición de que el ganado se alimenta casi exclusivamente con cereales, estamos de acuerdo. El cultivo convencional de cereales consume la fertilidad del suelo, crea erosión y requiere del uso de combustibles fósiles en cada etapa de producción. Sin embargo, la cría de ganado en pastos reduce al mínimo el consumo de combustibles fósiles y no desplaza el uso de cereales hacia el consumo animal. Es más, los animales criados en pastos pueden acceder a zonas de gran altitud o gran pendiente, impracticables por la maquinaria agrícola. Y no solo eso, una gestión ganadera adecuada contribuye a una mayor captura de carbono y a la regeneración de la capa de suelo fértil, y reduce el riesgo de incendios.